Ana
(concluyamos) ella en verdad se llama Ana. Ahora lo sé. Y digo "en verdad" porque también está la Ana de Otto, que, en cualquier otro caso, podría ser la Ana perfecta. La Ana de Otto que es el motivo de esta novela (creo novela) (no creo de fe, creo de duda). No el amor imposible y esas vainas, sino la sensación. Hoy estoy de sensaciones. La del amor imposible. Creo (de nuevo). Seguro sólo de la sensación
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